¿Qué sí es Apego?
Por: Sandra Olimón
Talleres y psicología clínica
tutorapersonalizada@gmail.com
Hoy en día escuchamos a mucha gente opinar, discutir y hablar acerca de la crianza “con apego”, de sus maravillosas ventajas, para unos; así como de sus fatales repercusiones, para otros. Si bien es cierto, que el tipo de crianza ejercido es una decisión propia, o en pareja, en función de nuestras necesidades y nuestros recursos; también es importante conocer las diferentes posturas que podemos adoptar al momento de ejercer nuestra paternidad.
La Teoría del Apego nos brinda herramientas claras, con bases sólidas a nivel biológico y científico, que nos permiten establecer un vínculo cercano y respetuoso con nuestr@s hij@s. Se basa en las investigaciones de John Bowlby y diversos colaboradores como Mary Ainsworth, quienes demostraron que esta necesidad de “apego” es universal y básica para nuestra supervivencia, pues todos establecemos ese vínculo con el fin de garantizar nuestra protección; sin embargo éste no siempre es positivo.
Pero cabe señalar, que el concepto a nivel psicológico, no se trata de tener “pegados” a l@s hij@s todo el tiempo a través de un contacto físico constante, lactancia prolongada, colecho, entre otras; ya que aunque éstas prácticas podrían favorecer el vínculo, no garantizan nuestra capacidad de generar un vínculo lo suficientemente seguro con nuest@s hij@s, el cual les permita explorar el mundo y desarrollarse en todas sus esferas (afectiva, cognitiva, física y social).
Tampoco consiste en generar dependencia de ningún tipo hacia nosotros como padres, si no por el contrario, consiste en brindar la seguridad emocional necesaria para que nuestr@s hijo@s se sientan con la confianza de explorar, conocer, aprender, cuestionar y equivocarse, pues saben de manera certera que existe una figura que los apoyará y ayudará a retomar la calma ante el estrés. Consecuentemente no se trata de promover un apego “disfuncional” que impida nuestro desarrollo o el de nuestr@s hij@s. Y no debe confundirse con conceptos orientales que favorecen el “desapego”.
Es así que, generar un vínculo de apego seguro consiste en ser capaces de brindar calma, sostén y seguridad en los momentos de estrés de nuestr@ hij@as, con el fin de promover una regulación emocional en ell@s a partir de nuestra propia auto-regulación y de la conciencia de nuestros estados mentales, lo cual permitirá la organización mental y sana adaptación de nuestr@ hij@s, y moldeará sus relaciones posteriores.
Para esto, es básico que como padres seamos capaces de interpretar y responder de manera sensible al complejo sistema personal de necesidades de nuestr@s hij@s al mostrarnos “disponibles”, para lo cual se debe intentar ser flexible con objeto de responder y adaptarse a la situación que se presenta, alentando y motivando, pero sin interferir.
Hay habilidades importantes a trabajar como: poner atención, ser empáticos desde el punto de vista del menor -intentando dejar a un lado nuestras propias concepciones- para lograr un entendimiento real de su mundo, y hacer conciencia de nuestras propias sensaciones y necesidades para poder brindar una respuesta o estrategia de regulación asertiva y congruente.
Muchas veces pedimos -suplicamos- soluciones y recetas prácticas, sin detenernos a ver cuál es la razón, lo más básico y simple de una conducta de estrés; la cual, si somos receptivos, será nuestra oportunidad de oro para vincularnos de forma significativa. Jugar, divertirnos, estar cerca y brindar “tiempos de calidad”, sí, es vital, pero no basta si no logramos ver a conciencia al otro.
Para saber más, no dudes en contactarnos o inscribirte en alguno de nuestros talleres, los cuales te brindarán la confianza para resolver tus dudas cotidianas y la seguridad para manejar a situaciones reales.
Saludos!
Sandra Olimón
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