El miedo tridimensional

el miedo tridimensional

El miedo tridimensional

Por: Gabriel Bello García.
Psicoterapia para adolescentes y adultos.
(044) 7228855729.

Los conceptos de ansiedad y angustia son ampliamente usados por la mayoría, sin embargo en algunas ocasiones se tiene una definición difusa de ellos; las personas usan estas palabras de forma indiscriminada para referirse a un estado desagradable en donde agrupan una serie de sentimientos generalizados, el saber de qué se trata al definirlos es útil para identificarlos con sus causas y también para tener una idea de que hacer al respecto.

Para poder definir la angustia se tiene que recurrir a Freud ya que fue el primero en definirlo formalmente en la clínica al introducirlo al psicoanálisis. Uno de los factores que influyen a la confusión es idiomático ya que el término “Angst” usado por Freud es traducido como angustia a todos los idiomas (Angst en alemán, agnoisse en francés, angustia en español y angústia en portugués por ej.) pero en el inglés se tradujo como “anxiety” traído en la traducción al español como ansiedad; podemos encontrar por lo tanto el mismo texto empleando la palabra ansiedad o angustia dependiendo si fue traducido del alemán o del inglés por ejemplo, o incluso utilizando ambas. Angst se traduce de forma general como miedo aunque al tener categorías tomo sentidos distintos.

Por otro lado la palabra ansiedad probablemente se utilice más en los ámbitos de la psiquiatría, con los trastornos de ansiedad y en su farmacología, ya que estos textos se distribuyen y traducen mayormente del inglés; también entonces entran cuestiones políticas con los seguros para la aceptación de los diagnósticos que provienen de los manuales (usando la palabra anxiety).

Primero la angustia se describió como producto del aumento de la tensión por la excitación no descargada, la pulsión in crescendo sin posibilidad de obtener satisfacción. Posteriormente se hizo un mayor desarrollo y se aislaron distintos tipos de angustia que conviven en la teoría sin dejar de lado lo descrito primero. A continuación una síntesis de los diferentes términos según su fuente interna o externa.

• Angustia automática [mientras ocurre el hecho sin anticipación, contraste con angustia señal]: se refiere a una forma espontánea de reacción del organismo ante una situación traumática definida como: un acontecimiento cuya intensidad provoca incapacidad para responder o defenderse, independientemente de si se responde a algo proveniente del interior (antes de la capacidad de anticipación) o del exterior. Como ejemplos podemos usar el del maltrato físico externo al bebé o un aumento extremo en su sensación hambre ya que no puede realizar acción alguna para deshacerse de ella; en el adulto podría ser más bien un accidente para el que no se encontraba preparado.

• Angustia señal [miedo a la fantasía de sufrir un daño o amenaza]: el estado de angustia es aquí utilizado o puesto en acción por el yo anticipándose a una situación de peligro. Este tipo de angustia es “causa de” el estado de displacer en lugar de ser “resultado de” como lo es la angustia automática; aun no ocurre el hecho traumático pero en vista de que podría suceder y desbordar – destruir el aparato psíquico se ponen en marcha las defensas o acciones anticipatorias. La angustia que ahora se utiliza a modo de señal ante el peligro es una reproducción de las (o la) primeras vivencias de “angustia automática”.

Nos es lícito considerar estos tipos de angustia como un símil en su repetición, o un estado que se basa en la situación de desamparo psíquico que todo ser humano sufrió cuando recién nacido, producto del también desamparo biológico debido a la dependencia y la incapacidad de acción para sobrevivir visto a posteriori pero vivido en el momento como un gran displacer ante la carencia, el prototipo es la experiencia del nacimiento en donde surge una gran excitación externa e interna de sensaciones imposibles de evitar y necesidades que aumentan vividas como un gran displacer y posteriormente la separación de la madre como refuerzo.

A través de la repetición y sucesión de las experiencias de placer y displacer se puede lograr la anticipación, postergación y por lo tanto la idea de “temporalidad” o la posibilidad de “tiempo”.

El displacer causante de la angustia siempre mueve a una acción, sea cual fuese; el placer no mueve a evitárselo o desalojarlo, no se requiere hacer nada porque no causa una alteración. En otras palabras: sin displacer no habría acción a, retorno al estado agradable del placer/inalteración. El displacer sería la suma de algo (la alteración. Necesidad o posteriormente deseo que causan tensión) con lo que hay que lidiar de algún modo o hacer algo con ello, ese “lidiar” sería todo cuanto se refiere a lo animado. La angustia se apareja con el reflejo de huida o ataque que se emprenderá frente a lo externo evitable, a su vez este modela la defensa que se construirá frente a lo interno inevitable.

Se puede organizar la angustia de acuerdo a los parámetros de lo ocurrido internamente como se presenta a continuación:

• Angustia ante un peligro real: es el estado de reacción sentido ante una amenaza exterior y real para la persona, se puede vivir de acuerdo a la angustia automática o señal mientras el miedo sentido se deba a un hecho que ocurre o que puede ocurrir de forma objetiva. En este tipo de angustia se puede ver claramente un rasgo de auto-conservación.

• Angustia neurótica: una vez establecido un yo (junto a la angustia señal) y tomándose entonces en cuenta las exigencias y peligros de la realidad externa ante la descarga de los impulsos, se puede temer a los impulsos mismos que vividos de forma anterior asociados a amenazas externas se vuelven amenazadores en sí mismos. Descargar a veces acarrea consecuencias negativas afuera, se teme después a las exigencias del ello. La angustia neurótica se apega más al modelo de la angustia señal, se activa para impedir un peligro “real” que podría surgir a consecuencia de una descarga pulsional. Además la angustia neurótica se caracteriza por ser una sensación constante y no adecuada a un hecho especifico, busca ligarse a cualquier situación para ser justificada debido a la necesidad de sentido.

• Angustia moral: a diferencia de los estados anteriores la angustia moral está basada en otro tipo de miedo en su repetición visto a posteriori; en lugar de ser una repetición de la reacción vivida ante el desamparo original es el miedo al castigo de los padres en el que se basa. El miedo al castigo de los padres per se y la angustia de castración entraría en el ámbito de la angustia ante lo real o señal en todo caso, pero lo que sucede es que con la internalización de los progenitores en el superyó ya no se puede escapar al miedo ante el castigo, es un observador “omnipresente”. La angustia de castración posibilita la represión porque se hace necesaria para evitarla. Posteriormente se describirán estados de angustia ante la pérdida del amor del objeto que al fin y al cabo remiten a la supervivencia dependiente.

En los últimos tipos de Angustia revisados podemos notar que el temor no es a una amenaza o daño externo en primer o segundo plano a diferencia de las primeras. Es la angustia moral entonces un miedo a la fantasía de temer a un fantástico miedo a lo real, ya que no hay padres a los cuales temer, no hay castigo posible, no existe el daño real y además la acción morosa puede que no se haya realizado aún; en otras palabras es posible tenerle miedo al miedo o incluso miedo a tenerle miedo al miedo.

Freud posteriormente haría una distinción entre angustia, miedo y terror; a pesar de que no la usara generalmente así vale la pena comentarla, hela aquí: la angustia está orientada hacia el futuro, denota cierto grado de expectativa o preparación para el peligro aunque sea desconocido, el miedo requiere de un objeto especifico ante el cual se siente y el terror sería el estado que se presenta cuando se corre un peligro sin preparación alguna, se destaca el factor de la sorpresa. Evidentemente estos tres estados se relacionan con las anteriores descripciones de angustia automática, ante lo real y señal.

Después de revisar lo más básico de la angustia se puede notar lo complicado que puede llegar a ser el tema en su extensión, y en su funcionamiento junto con todos los demás factores. En conclusión, la angustia tiene distintos matices pero todos llevan el mismo nombre porque se desarrollan desde el mismo punto, son repeticiones y reescrituras que además se van complejizando. La Angustia puede adquirir tres dimensiones, concatenaciones en capas profundas que no se separan en la convivencia pero que si se distorsionan; tres capas en lo aislado, ¿Cuántas en el conjunto del aparato psíquico?

La angustia es por lo demás un punto de cruce, un concepto primordial en especial para la clínica psicoanalítica. La angustia puede ser adecuada o no dependiendo de su forma de presentación o su uso, puede como lo dice Freud organizar un apronte angustiado, es decir, una preparación en la atención y en los terrenos mental y motriz para enfrentar una situación adecuadamente siendo por lo tanto necesaria; por otro lado puede ser un obstáculo si lo que se gesta es más la angustia sensible que la reacción adecuada paralizando entonces el aparato. Además de la discusión sobre si la angustia es adecuada o no tenemos que en gran parte de la población la angustia es un problema manifiesto, es gran parte del sufrimiento evidente, y si no es así se encontraría detrás del síntoma si no como resultado como causa.

Fuentes:
• Freud, S. (1926). Inhibición, síntoma y angustia, en Obras completas, Vol. 20. Buenos Aires: Amorrortu editores.
• Freud, S. (1916-17). 25 conferencia. La angustia, en Obras completas, Vol. 16. Buenos Aires: Amorrortu editores.
• Freud, S. (1920). Más allá del principio de placer, en Obras completas, Vol. 18. Buenos Aires: Amorrortu editores.
• Laplanche, J., & Pontalis, J. (2004). Diccionario de psicoanálisis (1st ed.) (D. Lagache, Ed.). Buenos Aires: Paidós.
• Maldonado, M. (n.d.). Los tres tiempos de la teoría de la Angustia de Freud.
• Roldán, A. (1999). Angustia y ansiedad [Web log post]. Conferencia para la Facultad de Filosofía de la Universidad de Sevilla.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.